El avance de la tecnología nos permite hacer cosas increíbles y descubrir mundos de los que no teníamos ni idea. Más de una vez habremos oído hablar de la gran cantidad de contenidos asombrosos que hay en la Deep Web y que están a nuestro alcance, especialmente cuando hablamos de las Darknets como a las que TOR da acceso. Con solo configurar una serie de elementos básicos en nuestro ordenador, podremos descubrir qué se hace en la Deep Web y tener acceso a una serie de recursos de manera relativamente fácil.
¿Qué hay en la Deep Web? Accediendo a lo más remoto de la red
Sin entrar en detalles sobre el método idóneo para acceder, podemos indicar que el mecanismo más rápido es a través de un navegador TOR. Una vez dentro de la red Onion (cebolla en inglés, que recibe ese nombre dado que su enrutamiento se realiza con un formato arquitectónico multicapa), tendremos acceso a una red de nuevos dominios que acaban en “.onion” precedidos de una combinación de números y letras muy difícil de memorizar.
En cierto grado los accesos no son directos sino que deben atravesar varios routers intermedios antes de llegar al destino final. De hecho, aquí nos encontramos ante uno de los primeros peligros de la Deep Web: nosotros también podríamos actuar como un nodo para otros usuarios, y esto podría tener ciertas implicaciones legales de manera indirecta que comentaremos más adelante.
Pero lo importante es que una vez conectados, solo necesitaremos conocer alguna dirección a través de un sitio de referencia que nos lo facilite. Existen directorios al puro estilo Wikipedia, que contienen grandes agrupaciones de webs por categorías para facilitarnos también la navegación.
¿Qué se hace en la Deep Web?
Si nuestro objetivo, por ejemplo, es acceder a un foro que trata sobre ciberseguridad en el que se plantean acciones de diferente índole, al conseguir la URL onion de dicho foro, ya sea a través de un directorio, o de alguien que nos la haya facilitado, tendremos acceso inmediato una vez conectados. De hecho también existen algunos buscadores al estilo Google, que no funcionan tan bien, pero que podrían servirnos. Quizá en un futuro alguien se atreva a iniciar un rastreador equivalente al de Google, pero enfocado a esta red en específico.
Hay que recordar que todo aquello que se pueda comerciar ilegalmente se encuentra en esta “red oscura”. Desde droga, tarjetas de crédito robadas y armas, hasta elementos muy restringidos por la seguridad y la moral humana, como la pornografía infantil o documentación robada. Esto nos lleva al apartado de por qué no entrar en la Deep Web.
¿Por qué no entrar en la Deep Web? Los peligros de la Deep Web al descubierto
Anteriormente ya hemos mencionado un elemento peligroso a nivel técnico sin todavía entrar en las implicaciones legales o morales. Cuando accedemos a TOR nuestro ordenador se convierte también en un punto de enrutamiento. Pero aparte de esto, cuando nosotros accedemos a cualquier página, estamos accediendo a través de otro terminal que podría ser malicioso y podría atentar contra nuestra privacidad; no hay que olvidar que en el fondo la Darknet es una red de usuarios individuales que prestan su conexión para anonimizar la tuya.
Ni siquiera acceder a TOR con una VPN arregla este problema, por tanto lo más recomendable, es que mientras estamos en TOR, no accedamos a páginas webs con usuarios y contraseñas sensibles, tales como nuestro servicio de correo o las páginas de nuestra empresa.
Por otro lado tenemos el tema legal. Siempre que no hagamos una compra, técnicamente no estaremos cometiendo un delito directo, pero ¿qué ocurre si por accidente acabamos en una web que nos ofrece contenido digital ilegal, como la pornografía infantil?
Al margen de las implicaciones morales y la sensibilidad podríamos pensar que, técnicamente, no es ilegal verla siempre y cuando no tengamos posesión de dicho material o, peor aún, que lo distribuyamos. Pero hay que recordar que, a veces, los navegadores conservan una caché de navegación, en la que se almacenan muchas de las imágenes que hemos visto durante nuestra navegación (aunque no las hayamos visto realmente).
Por ello, el riesgo se amplifica y podremos estar incurriendo en una ilegalidad en el más puro desconocimiento. En general, lo ideal es navegar sin almacenar caché, en modo incógnito y acceder a lo justo e imprescindible para satisfacer nuestro objetivo sin deambular en exceso.