Es posible que alguna vez en tu vida se te haya presentado la idea de ver conversaciones de WhatsApp sin permiso en un teléfono ajeno o, incluso, hayas sentido la tentación de buscar una solución que te permitiera llevarlo a cabo. Los motivos para buscar estos trucos de WhatsApp pueden ser diversos: la necesidad de comprobar que alguien está haciendo las cosas correctamente bajo nuestro criterio, recopilar información relevante para nuestro entorno o acciones más controvertidas como las relativas a la extorsión. Sea cual sea la razón, ciertas personas en Internet se han dado cuenta de esta necesidad latente en la población y han decidido ofrecer soluciones de moral y funcionamiento dudoso, que lejos de realizar la función que pretendemos, como hackear WhatsApp, hacen que nuestras intenciones se vuelvan en nuestra contra e incluso nos acaban perjudicando por diferentes medios.
En este artículo te vamos a contar qué es Hackintor y las razones para no usarlo.
¿Qué clase de mecanismos nos proponen para ver conversaciones de WhatsApp? Hackingtor y sucedáneos
Existen muchas ideas para aparentar cierto grado de credibilidad a la hora de ofrecer un mecanismo para hackear WhatsApp, pero hay que entender que la mayoría de estas ideas, si no todas, son en mayor o menor medida una estafa on-line.
La mayoría de las herramientas como Hackingtor se nos presentan como trucos de WhatsApp totalmente inocentes que se ejecutan al realizar una simple acción, como iniciar un programa que descargamos o introducir un número de teléfono. En ese momento se instala un programa dañino para nuestro ordenador, también conocido como malware, el cual puede ser un verdadero problema: robo de nuestras contraseñas, de tarjetas de crédito o, lo que es peor todavía, que al final los espiados acabemos siendo nosotros.
¿Cómo opera Hackingtor? Trucos de WhatsApp de dudosa reputación
Hackingtor se ha convertido en una de las propagandas más populares para ver conversaciones de WhatsApp, ya que han hecho mucha publicidad en diversos medios de baja reputación. Además, cuando un usuario utiliza el buscador para localizar un método para hackear WhatsApp, esta organización ha sido capaz de colarse en los primeros puestos para ofrecer su propuesta de valor fundamentada en una estafa on-line.
El gancho que ofrece es muy potente: simplemente con meter el teléfono de la persona que queremos espiar, la plataforma simula una extracción paso a paso de todos los datos y nos lo va mostrando en pantalla. Cuando llega hasta el final del proceso, nos ofrece un botón de descarga con todo el historial listo para visualizar.
Al pulsar el botón de descarga, automáticamente nos redirige a una publicidad aleatoria que generalmente se trata de un programa de malware encubierto. Aquí se incluyen extensiones para el navegador Chrome, aplicaciones para Windows o para Android, dependiendo del sistema que estemos utilizando.
¿Existe alguna forma de hackear WhatsApp?
Hace unos años, antes de que Facebook comprara esta compañía, el nivel de seguridad de la aplicación era paupérrimo y muchos pudieron tomar constancia de primera mano de que poder ver conversaciones de WhatsApp usando artimañas no era demasiado difícil.
Al margen de las implicaciones éticas que tiene esta acción, hay que entender que la seguridad se ha reforzado significativamente en estos últimos años y que, en la actualidad, acceder es una misión prácticamente imposible, reservada a unos pocos expertos.
Siempre es posible hackear un teléfono móvil y acceder a todo utilizando herramientas poco ortodoxas, pero no existe un mecanismo actual y accesible para el público general que permita acceder a WhatsApp de manera exclusiva.
Conclusión: piensa que lo más probable es que sea una estafa online
Teniendo en cuenta todo lo mencionado anteriormente, es improbable que veamos una herramienta al alcance de cualquiera que nos permita espiar conversaciones. Si sabemos esto, podremos evitar ser presa de una estafa online por la instalación de uno de esos programas malware que comentábamos anteriormente.
Es cierto que a veces puede que resulte tentador y muy convincente pero, como norma general, si pretendemos hacer algo poco lícito, la probabilidad de que se vuelva en nuestra contra aumenta proporcionalmente en función del tamaño de la infamia.