Videojuegos
¿Los DLCs valen la pena o son todo un negocio?
El mundo de los videojuegos ha cambiado enormemente con el paso de los años. En los inicios, los juegos salían completos de lanzamiento, y únicamente los juegos de ordenador recibían alguna que otra expansión. Todos recordamos las expansiones de títulos del género RTS, como Starcraft. En su gran mayoría, los juegos de consola no recibían actualizaciones ni contenido posterior, por lo que los desarrolladores tenían que exprimirse la cabeza para sacarle el máximo partido a sus juegos.
Esto cambió con el paso del tiempo, con la llegada de las actualizaciones y los DLCs. Las empresas y desarrolladores de videojuegos ahora pueden añadir contenido (o solucionar fallos) de sus juegos en poco tiempo, gracias a Internet. De esta forma, cuando un juego sale al mercado, puede sufrir enormes cambios hasta su «versión final». Uno de los ejemplo más claros es No Man’s Sky, título que ha cambiado una auténtica barbaridad desde su lanzamiento original.
Mientras hay empresas que apuestan por actualizaciones gratuitas para sus juegos (como Splatoon 2, o el título indie Hollow Knight), la gran mayoría de las grandes marcas apuestan por lanzar contenido de pago de forma regular. Dicho contenido puede comprarse por separado, o pagando el conocido «Season Pass«, una suerte de pack en el que se incluye todo el contenido habido y por haber.
Entonces, ¿merecen la pena los DLCs? En esta entrada, os contamos nuestro punto de vista sobre este tipo de contenido.
¿Merece la pena pagar por los DLCs?
Es importante puntualizar que cada DLC (y cada empresa) es un mundo, por lo que meter en el mismo saco a todos los DLCs sería erróneo. Para que un DLC tenga cierto sentido (y merezca la pena gastarse dinero en él) tiene que tener algunas características esenciales:
- Añade nuevo contenido al título: si el DLC en cuestión añade personajes, un trozo de historia o formas nuevas de jugar, entonces puede que merezca la pena. Lo más inteligente es echar un vistazo al análisis (e intentar leer las noticias relacionadas al DLC en cuestión) para saber qué incluirá.
- No son añadidos estéticos: los añadidos estéticos, normalmente, no merecen la pena. Un ejemplo claro serían los trajes de algunos juegos de lucha, que suelen limitarse a poner a ciertos personajes femeninos con poca ropa. Si no afecta a la jugabilidad y al juego en sí, no tiene mucho sentido invertir dinero.
- No tiene un precio desorbitado: esto también es importante. Al tratarse de contenido añadido tras el lanzamiento del juego, su precio debería ser relativamente bajo. Recuerda que ya has desembolsado una buena cantidad al comprar el juego en cuestión, por lo que tener que invertir una suma importante en «completar» el juego con DLCs es, a todas luces, injusto. La mejor manera de hacer que las empresas se den cuenta es no apoyando este tipo de prácticas poco éticas.
Mientras un DLC que no añada contenido y se limite a poner algunas apariencias de personaje nos parece redundante, hay otros casos donde los DLC han enriquecido enormemente la experiencia de juego. Hay dos ejemplos que muestran que existen buenas prácticas dentro de los DLCs. El primer ejemplo es The Witcher 3. Cuenta con expansiones de enorme calidad, que añaden multitud de horas de juego y que podrían ser juegos independientes en sí mismos.
El otro ejemplo es la saga Souls. Todos los DLC de la saga de From Software tienen una calidad incontestable, merece mucho la pena pagar por el Season Pass completo de cada juego de la saga, pues los nuevos lugares que se plantean demuestran que es posible tener una política de DLCs con la que merezca la pena invertir dinero.
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