Si echamos la vista atrás y pensamos en los primeros videojuegos, tales como Pong o el clásico Tic Tac Toe (similar al tres en raya), podemos darnos cuenta que, al parecer, el objetivo siempre fue entretener al jugador haciéndole ejecutar ciertas acciones con objeto de conseguir una meta, a ser posible, difícil de batir.
El grado de dificultad e interactividad ha ido variando a lo largo de todos estos años: desde juegos donde la habilidad y la precisión eran elementos imprescindibles, que incluso un nuevo tipo de deporte ha nacido de la mano de los e-sports, hasta una nueva corriente de juegos de jugabilidad reducida que ha ganado una increíble popularidad, cuyo objetivo es hacer lo mínimo posible.
¿Qué son los idle games, más conocidos como juegos de clicker?
Son muchos los nombres que recibe este tipo de videojuegos: juegos de hacer click, juegos progresivos, idle games (juegos de no hacer nada), etc. Lo más curioso es que exista una diversidad de maneras de no hacer nada en particular mientras se está jugando a un juego.
Los primeros juegos con jugabilidad reducida
Es difícil determinar cómo empezó este movimiento, pero muchos apuntan que uno de los primeros juegos independientes que sentó las bases de este concepto fue Progress Quest, un juego de rol y fantasía en el que solo se tenía que tomar una decisión inicial: la profesión y raza fantástica del personaje seleccionado, junto a una tirada de dados para determinar sus características. A partir de ahí, solo era cuestión de dejar el ordenador el máximo tiempo encendido con el programa en activo.
Durante el tiempo que el juego permanecía funcionando, se podía ver en pantalla cómo el personaje se encargaba de hacer todo automáticamente. Lo más curioso es que las acciones eran totalmente aleatorias, es decir, que si se jugaba con un compañero, su progresión totalmente diferente. Con el paso del tiempo, se podía ver de cierto modo cómo el personaje pasaba de ser un héroe iniciado en el combate a un guerrero que ganaba batallas épicas, sin que el usuario hiciera absolutamente nada.
Una evolución de los idle games: los juegos de clicker
Casi una década más tarde nacería el siguiente idle game, que sería una evolución de este último y al que harían honor los juegos de clicker: Cookie Clicker.
A diferencia de Progress Quest, en este juego se tenía que ejecutar una acción para progresar. Sin embargo, posiblemente hablemos de la acción más sencilla que podrías imaginar: hacer clic con el ratón en la pantalla. Cuanto más veces hiciéramos clic más dinero ganaríamos en el juego, de tal forma que con el tiempo, podríamos comprar mejoras que, a su vez, generaban más dinero, y así se evolucionaba hasta el infinito. De la idea más simple posible surgieron algunos de los juegos adictivos más populares, con millones de descargas en las tiendas de juegos como Play Store en Android.
Cabe puntualizar que en teléfonos móviles el clic se sustituye por un golpe en la pantalla. Aunque puede sonar raro, este cambio tan trivial ha hecho aún más accesibles este tipo de videojuegos para un mayor público.
Contradiciendo a la lógica, son juegos adictivos
Posiblemente podamos pensar que no tiene ningún tipo de sentido que juegos tan simples puedan llegar a ser tan adictivos. Lo cierto es que los juegos de clicker han ido evolucionando con el tiempo para ofrecer determinado grado de personalización que los convierte, hasta cierto punto, en juegos de estrategia sencillos pero eficaces.
Los jugadores averiguan mecanismos para llegar más lejos en el menor tiempo posible, es decir, haciendo el menor número de clics y maximizando el resultado. Los juegos de este tipo ya se cuentan por decenas y las temáticas ya no solo se centran en historias de personajes de rol fantástico, sino que se pueden encontrar ideas tan variopintas como la formación de un imperio empresarial multimillonario o la creación de un equipo estelar de fútbol.