Cada vez es más fácil que los menores tengan acceso a Internet de manera regular debido a la gran variedad de dispositivos que se utilizan en el día a día. Los ordenadores, el smartphone o la tablet son solo algunos de los aparatos que los niños tienen a su disposición de manera recurrente.
El uso de Internet variará en función de la edad que tenga el menor, dado que cuando son más pequeños les interesa más visionar vídeos o jugar con aplicaciones. Por el contrario, cuando más se acercan a la pubertad o adolescencia buscan plataformas en las que interactuar con otros usuarios, como las redes sociales o los chats.
El problema de que los niños o adolescentes utilicen de manera tan asidua las redes, es que estas albergan peligros desconocidos para ellos que pueden llegar a poner en riesgos tanto su salud física como mental. Por ello, los adultos deben aplicar una serie de medidas que permitan que los más pequeños hagan un uso responsable de los dispositivos y del acceso a Internet sin que les suponga un peligro.
Sencillos pasos para proteger a los menores en Internet
Internet no es un lugar seguro para que los niños naveguen libremente. Por desgracia, el anonimato en la red invita a muchas personas a coaccionar a otros y, cuando se trata de menores, es muy probable que encuentren más indefensos que nadie, dado que no tienen herramientas ni la experiencia para defenderse en condiciones. Por ello, a continuación realizamos una guía práctica sobre cómo proteger a los niños en la red.
1. Instalar el control parental
El control parental es un sistema o una herramienta que permite a los padres controlar y limitar el contenido al que tienen acceso sus hijos desde los dispositivos móviles.
En Internet existen varias herramientas destinadas a esta función y es primordial instalarlas en aquellos dispositivos a los que los niños suelan tener acceso, como una tablet o un teléfono móvil. Gracias a esta medida el progenitor puede saber a dónde entran los niños y delimitar el uso de redes sociales o el acceso a contenido inapropiado.
2. Limitar el uso de dispositivos durante el día
Entrar a Internet no puede convertirse en el único medio de ocio de un menor y las horas de acceso deben estar limitadas a aquellos momentos en los que hay adultos presentes que puedan controlar ocasionalmente en qué lugares está navegando.
3. Bloquear páginas web
Cuando los menores están en la adolescencia, Internet se convierte en una herramienta de estudio y comunicación entre compañeros, por lo que necesitan acceder a diferentes portales para extraer información para los trabajos o exámenes. Para dichas ocasiones, los padres pueden bloquear manualmente aquellas cuentas concretas en las que no quieren que los jóvenes accedan, lo cual es posible a través de Google.
4. Controlar sus redes sociales
Los menores de edad no deben tener contraseñas privadas, es decir, deben ser sus padres quienes pongan una, de forma que ellos también tengan acceso al contenido personal de los niños y a sus conversaciones con terceros.
Los chats, los foros, las redes sociales o los canales de YouTube son zonas muy peligrosas a través de las cuales personas malintencionadas pueden acosar o dañar al menor.
5. No utilizar imágenes del menor en la red
Se debe intentar mantener el anonimato lo máximo posible no publicando imágenes de los niños ni dando nombres propios. Si tienen la necesidad de tener redes sociales o cuentas en otras plataformas, siempre es mejor utilizar un seudónimo para que no puedan ser rastreados ni localizados por terceras personas.
6. Educar en la prevención del uso de internet
Lo que sucede en la red nunca desaparece de ella, lo cual es algo que deben tener muy claro tanto padres como niños. No es solo necesario proteger a los niños de lo que hay en la red, sino protegerlos de aquello que puedan subir a ella y que a corto o largo plazo puede llegar a dañarlos.