Videojuegos
¿Cuál es el objetivo de los serious games?
Históricamente, los videojuegos han cumplido un único propósito: entretener, como una vía más entre toda la oferta de ocio disponible. Sin embargo, hace no demasiado tiempo, expertos en educación, tanto a nivel personal como profesional, se dieron cuenta que el aprendizaje se desarrollaba de una manera más fácil cuando intervenía un juego en el proceso.
Fue así que surgieron hace apenas unos años los juegos formativos y el concepto de gamificación, algo que desde siempre se había estado ejercitando en las escuelas infantiles.
En plena era de los videojuegos, y partiendo de estas premisas, los juegos ya no solo son materia de divertimento, puesto que ahora se pueden encontrar juegos serios que profundizan en diferentes temáticas, tanto en el ámbito del aprendizaje como en el de las cuestiones morales.
¿Qué es un serious game? Más allá del mero ocio a través de los juegos con valores
Para aquellos que se estén preguntando qué es un serious game, o juego serio en español, la idea trasciende más allá del significado que el término “seriedad” nos transmite. Quizá la traducción literal de este concepto anglosajón puede dar lugar a cierta confusión y, posiblemente, la mejor palabra para definir este tipo de juegos sea “compromiso”.
Partiendo de la idea de que los juegos facilitan el aprendizaje y que, además, resultan excepcionalmente atractivos, es posible transmitir ciertos mensajes al jugador de una manera más sólida y probablemente más eficaz a través de estos juegos con valores.
¿Qué hace que los juegos serios sean tan eficaces para transmitir un mensaje?
Un serious game tiene una serie de propiedades que permiten que el jugador se introduzca en él a diferentes niveles. Vamos a analizar algunas de las principales:
- Línea argumental: hay que tener en cuenta que, hoy en día, los juegos son como películas con una serie de particularidades. La mayoría de los juegos, salvo los clásicos de acción, tienen una trama bastante elaborada en la que nosotros, como jugadores, intermediamos a través del rol del personaje. Del mismo modo que cuando empezamos a ver una película nos interesamos por los personajes y queremos ver cómo acaba la historia, en un videojuego pasa lo mismo, lo cual es uno de los elementos que favorece el nivel de compromiso.
- Interactividad: precisamente esta es la gran diferencia con una película. Esta característica hace muy poderosos a los videojuegos y, además, incrementa el grado de compromiso. De hecho, tal es la eficacia que puede alcanzarse, que los juegos, dependiendo de la trama y el objetivo, han sido puestos en tela de juicio en base al mensaje que transmiten, especialmente entre aquellos que evocan escenarios peliagudos y que parecen conducir a una moralidad cuestionable.
- Competición: no todos los juegos tienen ese elemento competitivo de serie. Sin embargo, si el juego es lo suficientemente bueno, de manera automática se genera una comunidad para intentar batir un récord en alguna de sus formas. Aunque el juego no tenga ese componente competitivo, siempre supondrá un reto, o al menos debe suponerlo. Al acabar con su trama, el juego suele aportar al jugador ese sentimiento de realización.
Diferencia entre gamificación y serious games cuando hablamos de juegos formativos
Como hemos comentado en el inicio, parte de este movimiento surge en paralelo con la corriente de la gamificación, cuyo objetivo es facilitar la ejecución de tareas y enseñar aprovechando las ventajas de los juegos.
La diferencia entre gamificación y serious games es bastante significativa, dado que la primera solo se integra con el sistema de trabajo o de estudios, mientras que los juegos serios no dejan de ser juegos en sí, pero con ese giro ético, moral o que simplemente busca un aprendizaje sobre un tema en concreto que suele ser de carácter “serio” o importante.
A la hora de implementar la gamificación, la empresa, por ejemplo, podría establecer un sistema de puntos y recompensas al trabajador que más veces haga una determinada acción, mientras que en un serious game todas las recompensas tienen que ir implícitas en el mismo juego, como ocurre con cualquier otro, mientras que al mismo tiempo se favorece el aprendizaje de una lección.
Por citar un ejemplo, tenemos el juego “Pulse!” el cual, orientado al sector médico, pone al profesional en una situación de emergencias que debe resolver de manera eficiente. Parece un juego de acción, pero se realizan acciones de carácter serio que se dan en la vida real y que el día de mañana podrían resultar claves para ejecutar su profesión exitosamente.
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