Por muchos años que llevemos trabajando con un ordenador, dar los primeros pasos en el mundo de la programación puede ser muy intimidante para cualquier persona. Muchos piensan que haciendo uno o dos cursos será suficiente para empezar a programar sin más, pero lo cierto es que el porcentaje de usuarios que abandona sus cursos porque le resulta demasiado abrumador es grande.
Al mismo tiempo, es curioso comprobar que grandes programadores provienen de áreas muy variopintas. De hecho, hace varios años, eran muchos los licenciados en ciencias químicas que se convirtieron en especialistas de la programación. Al parecer, entendían muy bien los principios básicos de esta nueva ciencia, lo cual les facilitó adentrarse de manera fluida. Y debemos tener en cuenta que en aquel entonces no existían tantos recursos como ahora.
El mejor camino para empezar a programar desde cero
Aprender a programar sin un motivo claro es tarea difícil. La mayoría de los cursos en el mercado proponen realizar aplicaciones de iniciación, que pueden resultarnos totalmente irrelevantes y nunca ayudarán a hacernos una buena idea del verdadero sentido de la programación.
Las personas que mejores resultados suelen tener son aquellas que tienen una idea en mente, aunque sea pequeña, y que tienen el objetivo de llevarla a cabo, sea cual fuere la formación de la que provienen.
Otros tantos quieren aprender a programar porque han oído que es una profesión que ofrece muchas alternativas profesionales. En efecto, ofrece un abanico de posibilidades laborales, pero la barrera de entrada es grande. No basta con tener conocimientos básicos de programación. Muchos iniciados no prosperan, porque ese tipo de motivación tiene las patas cortas.
Por eso, sin un motivo pasional que propulse la necesidad de aprender a programar para satisfacerlo, es muy complejo avanzar de manera eficiente. Sin embargo, esto no siempre es requisito imprescindible: con muchas horas de trabajo, esfuerzo y constancia, siempre se puede llegar a buen puerto. Pero aquí nuestro objetivo es pensar en cómo no caer en la desesperación y por eso, vamos a dar algunas ideas adicionales para conseguirlo.
Elige un lenguaje de programación sencillo para empezar
Si entramos en un portal de empleo y buscamos empleos de programación en España, la lista de ofertas de Java y .NET es prácticamente interminable. Esto se debe a que las empresas de consultoría, que además se encargan de realizar proyectos para grandes empresas y organismos del estado, tienen por costumbre aplicar estos lenguajes de programación en su extensa mayoría.
Pero estos lenguajes son muy malos para iniciarse en la programación, porque la curva de aprendizaje es alta. Por el contrario, existen otros tantos lenguajes como Python o Ruby, que suavizan la curva debido a que su sintaxis es más “legible”.
Es importante entender a pensar como un ordenador
Si nos enfocamos demasiado en aprender a escribir código, es probable que nuestros resultados sean decepcionantes a largo plazo. No solo en eficiencia de nuestros programas, sino en la calidad del código. A los programadores siempre se les ha considerado como personas muy metódicas, porque en cierto modo, han adquirido el hábito de pensar como un ordenador. Y los ordenadores, como máquinas que son, son estrictos en su “práctica”.
Bucles, condicionales, expresiones, funciones, tipos de datos, variables… Son palabras del argot de las máquinas. Conforme avanzamos, para escribir código más rápido, nos vamos abstrayendo de estos elementos hasta el punto de que ya no se usen en nuestra práctica regular. En algunos casos, incluso, apenas se tocan por encima como un componente más, sin mayor trascendencia. Y esto es un error que puede complicar más adelante nuestro progreso.
Dentro de nuestras posibilidades, hemos de evitar abstraernos por completo. Siempre hay que tener un pie en las buenas prácticas y otro en los principios básicos fundamentales.
Existen lenguajes como Scratch, que te permiten aprender y ejercitar los buenos principios desde cero. Como buenos profesionales, nunca debemos abandonar esa práctica durante nuestra carrera.