La velocidad de la conexión a Internet va en crecimiento conforme pasan los años y, por ello, cada vez nos volvemos más exigentes no solo en la calidad de los contenidos sino en su velocidad de carga. Una mala conexión de Internet puede provocar que esta velocidad se vea mermada y, por tanto, nuestra experiencia se acabe deteriorando significativamente. Para ilustrar la importancia de una velocidad rápida de carga en los tiempos que corren, Amazon analizó que tan solo 1 décima de segundo en la carga de una página web podría provocar un decremento del 1% en las ventas, lo cual empeoraba conforme esa décima se convertía en un segundo o incluso más tiempo, hasta el punto que apenas unos segundos serían suficientes para que un usuario decidiera abandonar la web por completo.
Paradójicamente, no siempre es la web en sí la que provoca estos problemas, sino que son ciertos fallos de Internet en nuestro lado los que provocan en suma que todo vaya lento. Si esto ocurre esporádicamente, no solemos prestar interés, pero cuando empezamos a notar que va el Internet lento periódicamente, saltan las alarmas que nos hacen preguntarnos: ¿por qué no va bien Internet?
¿Cuáles son los fallos de Internet más conocidos? Principales motivos de un Internet lento
Existen varios puntos que podrían estar fallando entre nuestra conexión y la página web que estamos visualizando. No siempre es problema de la web, pero tampoco siempre es culpa de nuestro operador.
Saber identificar cada uno de los puntos que intervienen en esa conexión nos permitirá identificar por qué va Internet lento.
¿Por qué no va bien Internet? Comprobemos la velocidad del operador
Existen ciertas páginas en Internet que, mediante un sencillo test de velocidad, analizan el estado de nuestra conexión con el operador en tres niveles:
- Velocidad de bajada: esta es la velocidad necesaria para que una página web se descargue en nuestro navegador y podamos visualizarla. Supongamos que la web al completo pesa un total de 10 MB. Si nuestra conexión es de 10MB/s, entonces la página web bajará al completo en 1 segundo. Pero esto sería solo en la teoría sin ningún otro impedimento, ya que en la práctica tardará más por la latencia.
- Latencia: este es otro dato que se mide en milisegundos y muestra el tiempo que pasa entre que necesitamos hacer una petición de descarga al servidor donde está alojada la web, y el tiempo que tarda en servirnos el dato. Las webs que descargamos se suelen componer de uno o varios recursos. El recurso puede ser facilitado por una web, o traído de varias webs diferentes al mismo tiempo. Esto quiere decir que, si la página necesita 20 peticiones de recursos y nuestra latencia media con esa web es de 30 ms, tendremos que incrementar en 600 milisegundos (20 peticiones x 30 milisegundos por petición) el tiempo de carga total, al segundo que habíamos calculado anteriormente. Por tanto, en total, la carga de la web será de 1 segundo y medio aproximadamente (porque es cierto que algunas peticiones se hacen concurrentemente). Nótese cómo una pequeña variación en la latencia podría provocar que una web pudiera tardar muchísimo tiempo en cargar.
- Velocidad de subida: generalmente, este componente no va a ser de uso cotidiano, dado que es la velocidad con la que nuestra conexión entrega algo a Internet. Por ejemplo, si queremos mandar un fichero por WeTransfer.
Si hacemos ese test de velocidad, el dato que más fuertemente suele quedar afectado cuando hay fallos de Internet es la latencia. Si el problema de conexión es muy grave, entonces la velocidad de bajada y de subida también se verán afectados. Por ello es bueno conocer el dato de subida aunque el operador no lo proporcione (salvo que en la oferta diga expresamente la palabra “Megas simétricos”, por lo que la subida y la bajada serán idénticas), puesto que si existe mala conexión de Internet, identificaremos rápidamente dónde se encuentra el fallo.
Otros motivos de una mala conexión a Internet en nuestro lado
Aparte del test de velocidad que suele ser el mejor indicador de fallos de Internet, existen otros elementos clave también a tener en cuenta:
- Router defectuoso: muchas veces con solo reiniciarlo se resuelve la incidencia.
- Problemas en la señal WiFi: simplemente con conectar por cable el ordenador podremos diagnosticar si en realidad es problema del WiFi o de la conexión en general.
- DNS de poca calidad: es un dato algo más técnico pero, si buscamos un poco, podremos encontrar una gran cantidad de recursos que nos ayudarán a localizar un buen DNS y a cambiarlo en nuestra configuración de Internet.