¿Cuántas veces habremos oído que es muy buena idea formatear nuestro equipo cada año para así mantenerlo rápido y eficiente en su uso? El problema que encontramos la mayoría para seguir este consejo, es que durante ese año tenemos la costumbre de atestarlo con un montón de contenido, programas, estructuras de carpetas y diseños personalizados que podrían hacer que el formateo se vuelva demasiado engorroso.
La velocidad y el rendimiento de un equipo depende de que este se encuentre en estado saludable de limpieza, no solo en cuanto a software, sino también en el ámbito del hardware. La suciedad se acumula en todos los rincones y esto puede provocar un recalentamiento que incida sobre el rendimiento de los componentes.
Técnicas para limpiar un ordenador y mejorar su nivel de eficiencia
Vamos a analizar algunas de las técnicas más sencillas que nos permitirán tener el equipo lo suficientemente limpio como para que la eficiencia no se resienta demasiado y que tampoco nos obliguen a invertir demasiado tiempo en su mantenimiento.
Limpieza por dentro: eliminando toda la suciedad eficazmente
Tenemos que tener en cuenta que es bastante recomendable hacer un mantenimiento del equipo anual, en el que se incluye, aparte de una limpieza a fondo de todos los rastros de suciedad y polvo, la sustitución de la pasta térmica, de la CPU e, incluso, de la GPU, si es que contamos con un ordenador gaming.
Sin embargo, si queremos darle un mantenimiento de limpieza rápido eventualmente, existen unos botes de aire comprimido que permiten realizar este apurado en un corto espacio de tiempo. Aunque si por casualidad contamos con una pistola de aire con su compresor, el resultado será igual o mejor.
Limpieza software: programas de optimización
En el mercado existe una infinidad de programas que, supuestamente, prometen optimizar nuestro ordenador y hacer que se vuelva más rápido. Lo cierto es que estos programas suelen aportar muy pocas ventajas y podrían llegar a estropear algún componente importante del sistema. Los más conservadores no suelen hacer ningún cambio y apenas notaremos la mejora del rendimiento.
Sin embargo, la ventaja que tienen es que aunque la optimización sea mínima, lo hacen todo de manera automática, lo que nos supondrá un ahorro muy grande de tiempo.
Entre los más populares podemos encontrar:
- Ashampoo WinOptimizer: uno de los clásicos que hace su labor adecuadamente.
- CCleaner: este ha sido históricamente una de las preferencias por todos los técnicos informáticos. El problema es que Piriform se hizo con el producto y ya no es tan eficiente como antaño.
- IOBit advanced system care: la marca IOBit tiene una suite muy buena de aplicaciones de optimización, las cuales están reportando mejores resultados que la media.
- Norton Utilities: otro de los dinosaurios de este sector con varias décadas a sus espaldas.
Formatear siempre suele ser lo mejor
Como indicamos en la introducción, el formateo regular suele ser la mejor opción. Por eso, lo más correcto es plantearse una metodología de trabajo para que, llegado el día del formateo, sea lo más sencillo posible. Pero para poder tener esto, nos va a hacer falta una buena cantidad de espacio en disco, a ser posible un disco duro externo con varios Gb disponibles. Algunas ideas a tener en cuenta:
- Si podemos disfrutar de un backup en la nube en el que almacenar nuestros archivos más importantes, nos facilitará la vida, sea en Google Drive, Dropbox, etc… Es bueno poner accesos directos a las carpetas y ficheros de este backup en la nube para que siempre estemos tocando archivos que sabemos que no se van a perder después del formateo.
- Windows ya trae, por defecto, la posibilidad de sincronizar nuestro usuario principal en OneDrive, incluyendo las carpetas de documentos, imágenes e, incluso, el escritorio. El problema es que el espacio es muy limitado, por eso es recomendable solo depositar ahí lo imprescindible.
- Es bueno tener en un documento, como una nota de Evernote, una lista con los programas que utilizamos y su respectiva URL de descarga. Así, llegado el momento de formateo, solo tendremos que volver a descargarlos para su posterior instalación.
- Pese a todo, siempre vamos a perder configuraciones de programas, entre otras cosas. Técnicamente es posible exportar la carpeta de usuario de Windows y volver a integrarla tras el formateo, lo que ayudará, pero no siempre mantendrá con precisión los resultados que esperamos. Por eso, siempre hay que estar listos para esperar que más de un programa tenga que volver a ser reconfigurado y, por ende, si podemos exportar las configuraciones de dichos programas antes del formateo, nos ahorrará también bastante tiempo.