Streaming
¿Cómo es posible jugar a videojuegos mediante streaming?
Durante toda la historia de las videoconsolas, ha existido un elemento que se ha mantenido en constante crecimiento hasta el día de hoy: la necesidad de incrementar la potencia para poder disfrutar de títulos cada vez más exigentes.
Esto, en gran medida, ha obligado a todas las compañías a crear un plan de renovación cada 4 años e ir introduciendo modelos intermedios para asegurar que los usuarios pudieran disfrutar de la última experiencia disponible en videojuegos.
Pero ya todas las marcas están augurando un cambio en esta tendencia y precisamente, Sony y Microsoft, han sugerido que es posible que tanto PlayStation 5 como la próxima generación de consolas Xbox, sean la última consola que vamos a necesitar renovar en el futuro.
¿El motivo? Ya no será necesaria una máquina potente, sino una buena conexión a Internet para poder retransmitir los juegos en nuestro domicilio. Y esta es una manera muy superficial de explicar cómo funcionan los videojuegos por streaming como veremos a continuación.
¿Cómo funcionan los videojuegos por streaming?
Cuando vemos un video por YouTube, en el fondo lo que nosotros recibimos es el resultado de un video procesado en otra máquina remota (en las instalaciones de Google en este caso). Esto implica, que independientemente del formato del vídeo, las necesidades de procesamiento en nuestro ordenador van a ser significativamente inferiores.
En formatos multimedia, como audio y video, esto apenas se nota, dado que el procesamiento no suele ser muy intensivo y las máquinas de hoy en día lo soportan con facilidad. Pero en los videojuegos esto no es así: los requisitos de tarjeta gráfica, memoria RAM y procesador suelen ser cada vez más altos y los precios de adquisición de ordenadores que estén a la última, son prohibitivos para muchas personas, llegando a alcanzar los más de 2.000 euros para un equipo de última generación.
Características de los juegos por streaming
El streaming resuelve esto de una manera muy sencilla: una empresa remota, como Google, adquiere una enorme cantidad de equipos de altísimas prestaciones a un precio muy inferior al que podríamos esperar nosotros. La empresa conecta todas estas máquinas formando una especie de “bloque”, en el que todos comparten recursos como si fueran uno solo y alcanzando un potencial total muy elevado.
Ahora, esos recursos se ponen a disposición de los usuarios, los cuales reciben por video (como en YouTube) la imagen del videojuego ya pre-procesado.
Gracias a un software compatible con esta tecnología de streaming, es posible conectar un mando, o un teclado y un ratón, que permite no solo visualizar la imagen del videojuego, sino también interactuar de la misma manera que lo hacemos con nuestra videoconsola en casa.
La ventaja para la empresa que proporciona estos recursos, es que sus equipos nunca están en desuso: millones de jugadores estarían usando sus máquinas al mismo tiempo, por tanto, al contrario de nuestras consolas caseras, sus equipos casi nunca estarían apagados. Y gracias a esa “democratización” del videojuego, el precio que pagaríamos por jugar sería inferior.
Y otra de las características de los juegos por streaming más importante, es que esto no solo afecta al hardware, sino a las licencias de los videojuegos. En vez de tener que comprar una por jugador, el mismo juego se compartiría legalmente entre varios usuarios que se conectan a las mismas máquinas, generando otro ahorro sustancial para toda la comunidad de jugadores por stream.
La gran desventaja: una potente conexión para jugar por streaming
Aparentemente, todo parecen ventajas: no nos haría falta estar gastando dinero en nuevas consolas cada pocos años y mucho dinero en juegos, teniendo todo un amplio catálogo a disposición por una cuota mensual asequible.
Pero el video que nos llega, requiere una potente conexión para jugar por streaming, dado que en otro caso, la imagen podría no ir fluida haciendo que la experiencia sea un poco molesta.
Nos enfrentaremos a problemas como el lag, ya no solo de visualización, sino también desde el momento que pulsamos un botón hasta el momento que vemos que el personaje reacciona en la pantalla. Este reto ha sido posiblemente, uno de los grandes obstáculos que ha impedido que esta tecnología prolifere en los hogares del mundo.
Teniendo en cuenta que las conexiones han mejorado mucho en estos últimos años, es posible que ya haya llegado el momento de abrirle las puertas al streaming.
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