La tecnología nunca dejará de impresionarnos y parece que esto se amplifica aún más, cuando hablamos de un sector muy maduro como la agricultura, donde aparentemente podríamos pensar que ya está todo inventado, pero siguen surgiendo nuevas ideas sin parar que están revolucionándolo. Este es justamente el caso de las “Granjas Inteligentes” o también llamado Smart Farming.
Es posible dotar de “inteligencia” a las granjas, gracias a las ventajas de la domótica que ya han venido aplicándose en pequeña escala en algunos hogares y oficinas. Pero, curiosamente, es el sector primario donde se ha encontrado un valor inmediato prácticamente de la noche a la mañana, aplicando muchas de las técnicas que durante más de una década han sido plato común en algunos hogares de familias ávidas de tecnología.
Las ventajas de la domótica se extienden a todas las áreas de la vida
Como hemos comentado, parece que las funciones de la domótica ya pueden verse allá de las clásicas viviendas. Y esto seguirá creciendo, debido a que más sectores industriales empiezan a adoptar estas herramientas tecnológicas para mejorar su productividad. Es importante definir qué es la domótica antes de conocer qué aspectos más relevantes podrían resultar de provecho en su aplicación.
¿Qué es la domótica?
Durante el año 2017 y este 2018 un nuevo término se ha popularizado: IoT, cuyas siglas corresponden, al llamado “Internet de las Cosas” o “Internet of Things”, dado que cada vez son más los dispositivos que, en mayor o menor medida, cuentan con una conexión a la red digital.
Esta conectividad provee de muchas ventajas, pero principalmente encontramos dos que definen y son la esencia de la domótica: la automatización y el control de ciertos procesos.
Algunos ejemplos de funciones de la domótica aplicados a la agricultura.
Por citar algunos ejemplos de automatización, tenemos la clásica activación condicionada a un horario, como el inicio del programa de regado a cierta hora. Esto es una forma en que la domótica se aplica en jardines y zonas de regadío desde hace varias décadas.
Sistemas de regadío avanzados
Ahora, gracias a la conectividad, no solo es posible saber desde un ordenador o un smartphone si el sistema de regado está activado, sino que, además, es posible apagarlo remotamente o modificar la programación.
Pero, yendo aún más lejos, tenemos el otro componente que hace que esta tecnología sea todavía más práctica: el control y la automatización basada en este. Gracias a otras implementaciones técnicas, como un sensor de humedad, sería posible saber si el suelo a regar ya tiene el suficiente nivel de agua y activar o apagar el regado de conformidad con esto.
Además es posible añadir conexiones con otros subsistemas que podrían estar recibiendo información sobre diferentes aspectos relevantes con el estado del agua. Por ejemplo, si existen momentos en los que hay más agua disponible y por tanto el precio del agua es inferior en lugares donde hay limitaciones, es posible aprovechar los momentos valle, y mantenerse sin consumo en otros periodos del día con un coste superior.
Si a esto le sumamos el control de la humedad, como hemos comentado anteriormente, tendríamos un sistema casi perfecto que de manera óptima garantizaría un regado solo en los momentos precisos ofreciendo el máximo ahorro posible para el propietario de la tierra.
Otros sistemas relevantes
No solo existen sistemas de riego y control, sino otros que controlan la temperatura y son capaces de activar mecanismos de refrigeración o calentamiento para paliarla a conveniencia, sensores que pueden controlar la calidad de la tierra analizando sus componentes y abonar automáticamente, e incluso monitorizar el progreso de los cultivos para identificar el momento perfecto para su recolección.
En general toda una marea de datos dentro del paradigma del “Big Data”, que tanto los grandes como los pequeños productores pueden aprovechar para optimizar sus plantas de cultivo. Toda una revolución tecnológica con un margen de crecimiento todavía amplio.