Las empresas automovilísticas están implementando funciones autónomas en sus coches, liberando de esta forma a los conductores de tener que realizar ciertas acciones al volante. En la actualidad, existen coches capaces de circular de forma casi totalmente autónoma por una autovía o que tienen la habilidad de aparcar solos. Se están logrando grandes avances en este campo, aunque la conducción sin conductor queda todavía lejos.
Son las grandes marcas las que se disputan la tarea de conseguir un nivel de robotización tan elevado que sea capaz de eliminar la figura de los conductores en un futuro relativamente próximo. Además de las empresas automovilísticas, a este proyecto se han sumado empresas tecnológicas de relevancia mundial como Apple, Google o Samsung, las cuales buscan desarrollar una mejora en la inteligencia artificial de sus productos para garantizar la seguridad de los coches autónomos.
En el ámbito del trabajo y legislación queda todavía mucho por hacer antes de conseguir que los coches autónomos sean completamente seguros. Los avances a lo largo de los últimos años han permitido agrupar estos vehículos de acuerdo a un sistema de clasificación de coches autónomos.
Los 6 niveles de clasificación de los coches autónomos
La clasificación está elaborada en orden creciente de seguridad. De este modo, los primeros niveles los ocupan aquellos grupos de vehículos menos seguros y con sistemas básicos de conducción autónoma, hasta llegar a los niveles más altos en los que la seguridad es elevada y la conducción autónoma se desarrolla en su totalidad.
Nivel 0: sin automatización
El coche carece de sistema automatizado, por lo que nos encontramos ante el más bajo de los niveles de automatización de los coches. En este punto el vehículo únicamente cuenta con sistemas que emiten algún tipo de alerta o advertencia.
Nivel 1: solo un aspecto es autónomo, pero marca el comienzo de los niveles de conducción autónoma
Solo un elemento es empleado en el proceso de conducción autónoma. Los sensores y cámaras actúan de forma automatizada y ayudan al conductor, aunque la dirección sigue siendo responsabilidad del conductor. También incluye sistemas como la asistencia para cambiar de carril o el control de crucero.
Nivel 2: control de dos o más elementos
En este nivel de clasificación de los coches autónomos nos encontramos en la actualidad con mayor solidez y prácticamente todas las marcas trabajan en esto. Se trata de vehículos semiautónomos en los que el conductor permanece alerta por si en algún momento tuviera que tomar el control del coche. Existe la posibilidad de que el vehículo no responda adecuadamente, por lo que el sistema se desactiva de forma obligatoria en el momento en que el conductor toma el control.
La tecnología toma el poder de la velocidad y la dirección. Además, asume funciones de aceleración y freno guiándose por un sistema de navegación satelital.
Nivel 3: el coche controla funciones de seguridad
Este es uno de los niveles de conducción autónoma en los que la autonomía comienza a cobrar relevancia. Se permite la circulación de forma autónoma en entornos controlados como autopistas. Todos los aspectos en la conducción son autónomos, de forma que el vehículo puede conducir en determinadas circunstancias sin ayuda, aunque el conductor debe estar disponible para responder si fuese necesario. Algunas marcas como Tesla ya han avanzado hasta este nivel y empiezan a proliferar cada vez más.
Nivel 4: niveles de automatización de los coches más elevados
Los coches pueden circular sin supervisión del conductor en zonas metropolitanas en las que dispongan de suficiente información. Esto se consigue gracias a la geolocalización y a la comunicación entre automóviles, sin que realmente se necesite al conductor en el vehículo. De momento solo existen vehículos con ciertas restricciones legales en muchos países y con diferente grado de adaptación a este nivel, pero en los próximos años se popularizarán ampliamente.
Nivel 5: 100% de autonomía en cualquier lugar y el mayor nivel de seguridad de los coches autónomos
Completa conducción autónoma y capacidad para poder circular por cualquier carretera en la que sea legal la conducción autónoma. Los automóviles serán inteligentes y podrán reaccionar ante cualquier imprevisto, sin necesidad de intervención del conductor. Esto de momento, es materia de futuro.