Aunque es necesario reconocer que los sistemas operativos se han robustecido significativamente en la lucha contra los virus, los cibercriminales, en un continuo afán de lucro y de explotar nuevas vías, han ido modificando sus mecanismos de ataque. Ya se sabe que muchos virus en el teléfono han sido importados de sus equivalentes en PC, pero también hay que entender que ya no estamos hablando de exactamente del mismo escenario.
En primer lugar, es necesario enfatizar que los sistemas operativos de Apple (iOS) y Google (Android) son especialmente robustos en comparación al clásico Windows. Por ende, no existe demasiada propensión a los virus del smartphone comunes. Esto no quiere decir que la amenaza no exista y que en ciertas ocasiones los casos no se propaguen.
Es por ello importante analizar las cosas que haces y que son propensas de coger virus para empezar a corregir el hábito y evitar daños futuros.
¿Qué acciones hacen coger virus en el Smartphone?
Siempre se ha pensado que la mejor manera de evitar un virus es instalando un antivirus. Aunque esto a veces pueda ser una buena idea, podría ser contraproducente. El antivirus solo es conveniente cuando el usuario del terminal es un completo desconocedor de la materia, trastea demasiado con el dispositivo y además resulta muy complejo explicarle qué acciones hacen coger virus en el smartphone.
Esto suele pasar especialmente con los niños pequeños. La mayoría de los padres prefiere poner un control parental y evitar que los pequeños accedan arbitrariamente a lo que deseen. Sin embargo, con la edad acaban saltándose este control y este extra de protección puede ser la clave.
Para aquellos que somos conscientes de nuestras acciones es mejor prevenir que curar. Aquí vienen las estrategias más comunes para salvaguardarse al máximo nivel.
1. Las instalaciones de fuentes sin confianza son la razón número uno de los virus del smartphone
Los sistemas operativos se han protegido de los virus del smartphone bloqueando las fuentes de instalación sin confianza. En el caso de iOS es simplemente imposible hacer estas instalaciones y, en el caso de Android, hace falta seguir un proceso de varios pasos antes de tener el acceso.
Hemos de ser conscientes que si desatendemos la protección de Android y la desbloqueamos, el riesgo de infección se multiplica. Por tanto, lo ideal es que si estamos instalando alguna aplicación por un motivo particular, al finalizar, volvamos a bloquearla para evitar problemas futuros, dado que muchos virus se aprovechan de este descuido.
2. Jailbreak o rootear el dispositivo: de esas cosas que haces y que son propensas de coger virus en el teléfono
Otra de las acciones que más riesgo conllevan es la de iniciar un proceso de desbloqueo del terminal. Originalmente la idea puede ser buena: tener acceso a un mayor catálogo de aplicaciones que el ofrecido por la Play Store o la App Store en las dos principales marcas.
Al hacer root tenemos máximo acceso en el dispositivo por defecto, con lo cual nos hacemos 100% vulnerables a los ataques de virus más peligrosos, es decir, aquellos que afectan al terminal por completo, como es el caso de los troyanos.
Generalmente aquellos que hacen root o Jailbreak suelen ser usuarios experimentados que saben a lo que se exponen. Sin embargo, algunos “profanos” tecnológicos se atreven a adquirir terminales ya rooteados o con el Jailbreak realizado y se exponen al peligro de manera totalmente inconsciente.
3. Descargas completamente desconocidas
Incluso cuando instalamos de la App Store o de la Play Store, el riesgo sigue estando latente. Aunque la publicidad nos inste a probar nuevas aplicaciones que podrían resolvernos la vida, es importante informarse un poco antes de instalar cualquier cosa. Por eso lo ideal es revisar los comentarios, comprobar si existe una página web oficial que ofrezca más información sobre la aplicación o, incluso, buscar por los foros de la comunidad para ver qué opina la gente.
Si no hay rastro, información u opiniones acerca de la aplicación, hay que ser conscientes que estamos instalando algo con mucho riesgo y podríamos acabar pagando las consecuencias.